CARTA A UN HIJO, Mauro Evangelista- R. Kipling

Una madre del club de lectura me prestó ayer este magnífico Álbum (¡nada habitual tampoco por su gran tamaño!) Tras una pequeña biografía de Kipling, comienza el libro con un poema compuesto por R. Kipling en 1910. Las ilustraciones de Mauro Evangelista a este poema, también conocido como If, son un guiño a la literatura (D. Quijote, Dante, el centauro Quirón...) y un verdadero placer para la vista. Cada una de las ocho estrofas del poema (que reproduzco a continuación) va ilustrada con un colorido y una fuerza arrolladores. Es un poema optimista, que incita a luchar en la vida, a aceptar las derrotas y sobreponerse a ellas; un poema desconocido para mí que con la fuerza de las ilustraciones (de extraordinario colorido) me ha parecido una verdadera joya.
Si puedes estar tranquilo cuando todos a tu alrededor
han perdido la cabeza y te culpan por ello,
si puedes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti
y, sin embargo, no desprecias sus dudas;

Si puedes esperar sin que te canse la espera,
si te injurian y no respondes a la mentira,
si te odian y no cedes al odio,
y, aun así, no pareces demasiado bueno ni hablas como un sabio;

Si puedes soñar, y no hacer de los sueños tu señor,
si puedes pensar, y no hacer del pensamiento tu meta,
si puedes encontrarte con el triunfo y la derrota
y tratar de la misma manera a esos dos impostores;

Si puedes soportar escuchar la verdad que has dicho
distorsionada por granujas para engañar a tontos,
o ver cómo se destruyen las cosas por las que has dado la vida,
y agacharte y reconstruirlas con herramientas viejas;

Si puedes poner en un montón todos tus triunfos
y arriesgarlo todo en un cara o cruz,
y perder,
y empezar de nuevo desde el principio,
y no decir una palabra sobre lo que has perdido;

Si puedes forzar tu corazón, nervios y tendones
a que te sirvan cuando ya hace tiempo que se han gastado,
y resistir cuando no te quede nada
salvo la voluntad que dice: "Aguantad"

Si puedes hablar con las masas y mantenerte íntegro,
o pasear con reyes sin perder el sentido común,
si no pueden herirte ni los enemigos ni los buenos amigos,
si todos cuentan contigo pero ninguno en exceso;

Si puedes llenar el minuto implacable
con sesenta segundos que valgan la pena,
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y -lo que es más- ¡serás un Hombre, hijo mío!

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DesordenadasLecturas
de
Beatriz González López
gonlobea@gmail.com

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